Por si deja de doler, díganle...

martes, 5 de julio de 2016




Quizás las metáforas no sean suficiente para hacer que algo tan melancólico suene como si nada pasara.

No hay palabras para describir como se sentían los días con él, me hacían sentir completa, como si no me faltara ninguna pieza, no había nada que rellenar.

El destino se escribió en un par de hojas que en par de años fueron solo hojas en una caja de recuerdos.

Nunca pensé que su voz se tornaría en algo desconocido en un par de años. Que el ser una niña me duraría para siempre y a la mañana el estaría ahí para evitar que las lágrimas cayeran.

Pero ojala vosotros lo entendieras, sus brazos se sentían el lugar más seguro del mundo y esperaba que las cicatrices de mi corazón las curara él. Pero nunca imagine que el hombre que me rompería el corazón sería el único hombre capaz de curarlo.

Ojala pudieran saber lo mucho que lo quería y que su amor por mí se lo llevarían los años, como todo lo demás, se vuelve sin importancia con el tiempo.

Que un  montón de testigos no iban a ser suficientes para que se quedara a mi lado y no tirara por la borda a una simple niña que llevaba consigo una maleta de recuerdos, un corazón inocente y puro y sus mismos ojos cafés.

Que la sangre no sería la suficiente razón para quedarse ni que un título valiera lo suficiente para no dejarlo ir. Que el llanto no sería suficiente excusa ni el que fuera su hija lo haría cambiar de opinión.

Y que por desgracia la vida había decidido que me hiciera mujer a muy temprana edad, que las heridas no tenían nada que ver con los años de vida, y que cicatrices tan vacías como su corazón nunca serían suficientes para mí.

Por desgracia no saben lo llena de recuerdos que me había dejado y que cada minuto de mi vida tengo la sensación de que anda perdida buscando un par de ojos cafés que un día dejo inundados en lágrimas y que desgraciadamente sea muy tarde para recoger las lágrimas. Pues el hondo vacío que dejo el me hizo aprender que el hombre que me rompió el corazón, no puede ser el mismo que lo cure, aunque sea mi padre.

Pero si lo ven, con la mirada vacía, sin nada en sus manos y el corazón arrepentido, díganle que lo espero, con el corazón hecho pedazos y con un hueco sin rellenar en el corazón. Que tal vez ya no juegue con  muñecas y que quizás mis zapatos sean un poco altos pero que sigo siendo su niña, aunque ya sea muy tarde para él.

Díganle que le quiero, por si acaso, por si tal vez quererlo ya no duele más.

2 comentarios:

  1. Mi niña me has dejado sim palabras aunque te deje de muy niña como dices ya eres una mujer y si algún día viaera a tu padre se lo dire Dios te bendiga siempre

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